Intentó escapar del patrullero, armó un motín con otro preso y en plena locura se metió un pedazo de pared en la boca. Lo salvó la maniobra de Heimlich.
Los internos se amotinaron y destrozaron parte de las instalaciones. La situación duró varias horas y requirió la intervención presencial de la jueza de Ejecución Penal, Raquel Gass.
Los internos provocaron destrozos en los baños, en la cocina y en el sector del taller. Luego de dialogar con autoridades, todo volvió a la normalidad.