El presidente chileno repudió la violencia en Independiente-U de Chile por la Copa Sudamericana y ordenó a su ministro del Interior viajar a Buenos Aires para asistir a heridos y detenidos.
La noche de furia en Avellaneda dejó un saldo dramático: al menos veinte hinchas de la U de Chile internados y noventa detenidos tras la violencia en el Libertadores de América.
Hinchas de la U de Chile provocaron destrozos y enfrentamientos con la barra de Independiente. El partido fue cancelado en medio de un clima de violencia y descontrol.