Su muerte representa una pérdida profunda para la región del Alto Valle dejando un legado imborrable en la defensa de los derechos humanos. Su lucha comenzó tras el asesinato de su hijo en 1977 y se mantuvo firme hasta sus últimos días.
Iba con su pareja, su hijo e hijastro. Por el momento, no hay datos de su paradero. La Policía de Neuquén y de Río Negro han desplegado operativos para dar con su paradero.