Quién fue Olascoaga, el hombre que marcó el inicio de la historia política de Neuquén
Su historia se entrelaza con la fundación de Chos Malal, la llegada del ferrocarril y la organización institucional del territorio.
Pocos se detienen a pensar en el significado histórico que encierra el nombre de una de las avenidas más transitadas de Neuquén. Sin embargo, Manuel José Olascoaga no fue solo un coronel mendocino con una calle a su nombre: fue el primer gobernador del Territorio Nacional del Neuquén y una figura clave en el nacimiento político de la región.
Su asunción, el 16 de mayo de 1886, marcó el inicio de una nueva etapa institucional que sentó las bases del Neuquén actual.
Olascoaga formó parte de un proceso que transformó profundamente el mapa nacional: la Conquista del Desierto liderada por Julio Argentino Roca. Nacido en 1835, fue enviado al sur argentino para realizar tareas de reconocimiento y mapeo en territorios recientemente incorporados al Estado.
Ese recorrido lo llevó, en 1885, a establecerse en el corazón de lo que más tarde sería Neuquén, donde desempeñó un papel central en los planes de expansión y control del gobierno nacional sobre estas tierras.
Olascoaga junto a los generales que lideraron la Campaña del Desierto.
El 16 de mayo de 1886: el nacimiento del Neuquén político
El 16 de mayo de 1886 marcó un antes y un después en la historia de Neuquén: ese día, Manuel José Olascoaga se estableció en el paraje Codihué -hoy conocido como Ñorquín- y dio inicio a la organización administrativa del Territorio Nacional.
Aunque su residencia fue inicialmente provisoria, esa fecha quedó grabada como el punto de partida de la vida política neuquina y el nacimiento de una nueva jurisdicción autónoma dentro del país.
Durante su gestión, Olascoaga fundó la ciudad de Chos Malal en 1887, que funcionó como la primera capital del territorio. Allí diseñó canales de riego, planificó urbanísticamente y sentó las bases para una estructura de gobierno ordenada, en un territorio hasta entonces disperso y con escasa presencia estatal. Esta etapa fue clave para el arraigo poblacional y para generar las condiciones que, con el correr de las décadas, permitirían que Neuquén se transformara en provincia.
La primera construcción de Chos Malal, hoy en día museo.
Lo curioso es cómo la vida política de Neuquén empezó tan lejos de la Confluencia y se tuvo que acercar algunos años después, más precisamente en 1904 con la llegada del ferrocarril a la región y la mirada estratégica de estar cerca de la unión de los ríos Neuquén y Limay.
La provincialización de Neuquén: un proceso sembrado en el siglo XIX
El 15 de junio de 1955, el Congreso Nacional sancionó la Ley N° 14.408 que transformó el Territorio Nacional del Neuquén en provincia. Aunque, la provincialización de Neuquén se concretaría casi siete décadas después, el proceso iniciado por Olascoaga fue decisivo.
Esa ley fue parte de una política más amplia del Estado argentino para consolidar la organización federal, y tuvo como uno de sus fundamentos la madurez institucional y poblacional que territorios como Neuquén habían alcanzado.
Dos años después, en 1957, se sancionó la primera Constitución Provincial y en 1958 comenzó a funcionar el primer Concejo Deliberante de la ciudad capital. Así, lo que Olascoaga sembró a fines del siglo XIX dio frutos en el corazón del siglo XX.
Un nombre que atraviesa la ciudad
Con el paso del tiempo, la ciudad fue honrando la figura de Manuel José Olascoaga. En 1935, al cumplirse 100 años de su nacimiento, se decidió bautizar con su nombre a una de las avenidas más emblemáticas de la capital neuquina. La Avenida Olascoaga, que conecta el centro con el sur de la ciudad, es hoy una arteria clave para la circulación y el desarrollo urbano.
Además, su legado también está presente en la memoria simbólica: muy cerca de la Plaza de las Banderas, en la zona alta de la ciudad, se encuentra el mausoleo donde descansan los restos del coronel y de su esposa, trasladados allí como parte de un homenaje que sigue vigente hasta hoy.
El legado y su vigencia
Más allá de los reconocimientos simbólicos, el legado de Manuel José Olascoaga está presente en las estructuras mismas de la vida institucional neuquina. Su planificación territorial, su impulso al desarrollo hídrico y agrícola, y su rol en la fundación de la capital originaria siguen siendo recordados por historiadores y autoridades.
Hoy, cuando Neuquén es una de las provincias con mayor dinamismo económico, político y social del país, no está de más volver la vista al punto de partida. Y ese punto, sin dudas, fue el 16 de mayo de 1886.
Fuente: Medios.