El Gobierno provincial lanza un plan de emergencia por el aumento de muertes en rutas
Con más de 200 siniestros viales entre 2023 y 2024, el Gobierno lanza medidas urgentes en la Ruta 7, eje del tránsito petrolero. Reducción de velocidad, radares móviles, controles de alcoholemia y fuertes críticas a las operadoras por obras incumplidas.
La tragedia volvió a golpear las rutas neuquinas. En los últimos meses, nueve personas murieron en siniestros viales, la mayoría en la denominada "ruta del petróleo", que conecta a Neuquén con Añelo, corazón de Vaca Muerta. La secretaria de Emergencias, Luciana Ortiz Luna, habló de una "masacre" y confirmó un aumento preocupante en la cantidad y gravedad de los accidentes.
Según explicó la funcionaria, el tramo más crítico se concentra en 50 kilómetros de las rutas 7, 8 y 17, donde predominan colisiones frontales en sectores rectos, sin baches ni curvas. Los protagonistas suelen ser vehículos particulares conducidos por trabajadores petroleros, que optan por viajar en auto para dormir unas horas más y así evitar el transporte colectivo.
"Las rutas y ciudades de Neuquén se están convirtiendo en tumbas", advirtió Ortiz Luna en una entrevista radial.
Siniestros en alza: entre la urgencia y la falta de cumplimiento
En los últimos seis meses, el promedio de siniestros viales diarios en la provincia escaló de 10 a 13 o 14 por día. "Es una locura: tuvimos más de 200 siniestros graves entre 2023 y 2024", lamentó la funcionaria.
La respuesta no se hará esperar: el gobierno provincial comenzará esta semana a aplicar medidas urgentes y poco simpáticas, como las calificó Ortiz Luna, con el objetivo de frenar esta escalada mortal. Algunas de las principales acciones anunciadas son:
Reducción de la velocidad máxima en los tramos más críticos: podría limitarse a 80 km/h o incluso 60 km/h.
Cinemómetros portátiles (radares móviles) en la Ruta 7, operados desde vehículos o montados con conos y balizas.
Restricciones horarias para camiones y vehículos livianos, evitando la coincidencia en los horarios de mayor siniestralidad: de 6 a 9 y de 17 a 21.
Presencia física permanente de Policía, Secretaría de Emergencias y otros organismos.
Obras de infraestructura, como zonas de sobrepaso y ampliación de banquinas en los puntos identificados como de mayor riesgo.
Controles de alcoholemia sorpresivos, rotativos y sin aviso en distintas rutas provinciales.
Playas secas para camiones, con el objetivo de que cumplan las restricciones horarias.
Revisión de los horarios laborales con gremios petroleros, para evitar el tránsito masivo en franjas peligrosas.
El problema no es solo la ruta: el factor humano
Ortiz Luna fue tajante al apuntar que, en la mayoría de los casos, el error humano es el principal causante de los accidentes.
"El 90% de los siniestros es por decisiones humanas. No hay fallas en la calzada, no hay curvas. ¿Quién decide sobrepasar con tres camiones adelante en una recta? El conductor. No la ruta", sostuvo.
Relató también el caso reciente de un conductor detenido con 1,44 g/l de alcohol en sangre, manejando una camioneta sin luces cerca de Mari Menuco. "Eso pudo haber sido otra tragedia. La tolerancia debe ser cero. No importa si es 0,20 o 0,93. Cero es cero", remarcó.
Las operadoras petroleras, en la mira
La funcionaria también cuestionó el rol de las operadoras petroleras, que habían asumido el compromiso de mejorar el tramo más conflictivo de la Ruta 7.
"Hace un año y medio que se les asignó ese tramo y no hicieron nada. Si no cumplen, el Estado debe actuar. No podemos seguir esperando", dijo, y confirmó que el gobierno evalúa aplicar multas por el incumplimiento.
"No se puede culpar siempre al Estado"
Ortiz Luna cerró con un mensaje directo a la ciudadanía y a las operadoras: "Esto no va a ser simpático, pero en honor a los que murieron, no podemos mirar para otro lado. La ruta no mata. Matan las decisiones de las personas. La responsabilidad es del Estado, sí, pero también de quien maneja ebrio o hace una maniobra suicida".
Con un promedio de casi 14 accidentes diarios, una zona de altísima circulación como Añelo y un sistema de salud saturado por las emergencias, el gobierno busca revertir una tendencia mortal que ya dejó demasiadas marcas: nueve estrellas amarillas en muy poco tiempo.
Fuente: Medios