Flybondi dejó varados a pasajeros en Neuquén tras sucesivas reprogramaciones
Los pasajeros del vuelo FO5301 hacia Aeroparque vivieron más de 12 horas de demoras, reprogramaciones y falta de respuestas. La situación derivó en gritos, discusiones y la intervención policial.
Lo que comenzó como una simple reprogramación terminó en un verdadero caos en el aeropuerto de Neuquén. El vuelo FO5301 de Flybondi, que debía despegar este miércoles a las 10:30 con destino a Aeroparque, fue reprogramado en tres oportunidades hasta que finalmente se confirmó la avería del avión.
Tras más de 12 horas de espera, la situación se volvió insostenible y la empresa volvió a cancelar el vuelo, desatando la indignación de los pasajeros.
En horas de la tarde, la bronca por las demoras era evidente, pero con el correr de las horas la tensión escaló y la situación se desbordó. Gritos, forcejeos y discusiones marcaron el final de una jornada caótica.
Todo comenzó cuando Flybondi canceló el vuelo FO5301 mientras los pasajeros llegaban al aeropuerto Presidente Perón. La empresa informó que el vuelo se reprogramaría para las 15 horas, sumando también a los pasajeros del vuelo de las 20, que ya había sido cancelado previamente.
Sin embargo, la incertidumbre continuó. Tras embarcar y luego ser obligados a descender, se les comunicó a los pasajeros que partirían a las 22, una vez arribaran los mecánicos con los repuestos necesarios para reparar la aeronave. Pero esa promesa tampoco se cumplió.
"Fuimos de vuelta y fue un quilombo. Supuestamente iba a salir a las 22, pero lo reprogramaron para mañana. A mí me devolvieron el dinero, a otros no. Algunos consiguieron hotel, pero lo pagaban ellos y la comida la pagábamos nosotros", relató María Cabrera, una de las pasajeras varadas.
La empresa les indicó a los pasajeros que debían gestionar el reintegro de sus pasajes a través de una página web, sin ofrecer soluciones inmediatas.
Tensión, gritos y violencia
La situación se tornó cada vez más tensa. "Hubo gritos, hubo forcejeos", describió María. Incluso relató un hecho particular: "Un señor le pegó un trompazo a un vidrio para no golpear a uno de los empleados que nos atendía. Estaba muy alterado, decía que nos tomaron el pelo, que nos hicieron subir al avión para nada, que estuvo una hora arriba esperando. Él viajaba porque a su papá le había dado un ACV y no tenía plata para comer ni para pagar un hotel".
La llegada de los mecánicos, que había sido anunciada para reparar la aeronave, nunca se concretó. Desde Flybondi no dieron ninguna respuesta oficial durante la jornada, pese a las reiteradas consultas de este medio.
Los pasajeros notaron desde el principio señales de que algo no estaba bien. María recordó que alrededor de las 16, mientras abordaban el avión, las turbinas y los motores se apagaron de manera repentina. "No sé nada de aeronáutica, pero me pareció raro", comentó.
La falta de información oficial solo aumentó la incertidumbre. Las azafatas evitaban dar explicaciones y simplemente respondían que "estaban esperando una confirmación para cerrar las puertas y salir". Mientras tanto, los pasajeros se impacientaban, preocupados por las conexiones que perderían en Buenos Aires y las consecuencias en sus itinerarios.
Finalmente, a las 17:20, el comandante informó por altoparlante que el vuelo se cancelaba debido a un desperfecto en la aeronave. Todos debieron descender y retirar su equipaje.
Descontento generalizado
Unos cien pasajeros, frustrados y sin soluciones, colmaron la terminal. La policía tuvo que intervenir ante algunos incidentes entre pasajeros y también entre pasajeros y personal del aeropuerto. "Hubo discusiones, insultos... una señora quiso hablar y otro pasajero la insultó sin razón. Fue un descontrol", describió María.
La falta de respuestas y la mala gestión de la situación convirtieron un problema técnico en una pesadilla para decenas de personas.
Fuente: Medios