Alquileres sin freno: en Neuquén suben hasta 366% por encima de la inflación
Tras la derogación de la Ley de Alquileres, la especulación inmobiliaria se desató en todo el país. En ciudades como Neuquén, los valores quintuplicaron a la inflación.
Mientras la inflación oficial muestra una desaceleración a nivel nacional, los alquileres siguen escalando sin freno y muy por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC). En este contexto de creciente incertidumbre económica, el drama habitacional se profundiza: los inquilinos enfrentan subas que ya no responden a costos reales, sino a una especulación inmobiliaria cada vez más feroz.
Así lo revela un nuevo informe de Inquilinos Agrupados basado en datos oficiales del INDEC, que expone aumentos alarmantes en todo el país. En regiones como la Patagonia, los alquileres treparon un 12,6% solo en abril, mientras la inflación fue del 2,7%.
El caso más extremo es Neuquén, donde el ajuste alcanzó un insólito 366,7% por encima del índice inflacionario. Una cifra que desnuda el nivel de descontrol del mercado.
La situación se repite en menor medida, pero con el mismo patrón, en el resto del país: en la región pampeana el alquiler trepó un 6,1% (con una inflación del 2,8%), en el noreste 4,4% (vs. 2,7%), y en Cuyo 4,3% (vs. 2,9%).
La comparación es contundente: en todos los casos, alquilar una vivienda aumentó entre un 50% y un 400% más que la inflación mensual. Lo que antes era una excepción, hoy es la norma: los alquileres crecen todos los meses por encima del costo de vida, despegados de cualquier parámetro lógico.
Alquilar en Argentina: de necesidad básica a privilegio de pocos
Desde la derogación de la Ley de Alquileres en Argentina, el mercado se desreguló casi por completo. Lo que se prometía como una flexibilización para dinamizar el mercado, terminó convirtiéndose en una puerta abierta para el abuso. En muchas ciudades los valores se quintuplicaron en menos de un año, sin control estatal ni políticas de contención.
La situación es particularmente alarmante en la Patagonia, donde los precios históricos ya eran más altos debido al costo logístico, la falta de oferta y la concentración urbana en pocas ciudades clave.
Hoy, alquilar en Bariloche, Ushuaia o Neuquén puede costar hasta el 60% del sueldo promedio de una persona, mientras la canasta básica supera el millón de pesos. La consecuencia directa es la expulsión silenciosa de miles de familias que no pueden sostener un alquiler digno.
Lo más grave es que el mercado inmobiliario parece estar aprovechando la supuesta crisis para imponer valores sin fundamentos reales. Las viviendas no se multiplicaron, las condiciones edilicias siguen siendo precarias en muchos casos, pero los precios suben como si la demanda se duplicara cada mes.
"Es la ley de la selva: si no lo agarrás hoy, lo alquilan mañana", repiten las inmobiliarias, generando un pánico artificial que solo beneficia a los propietarios más especuladores.
Frente a este escenario, cada vez son más los sectores sociales que exigen una nueva regulación que proteja el derecho a la vivienda. El acceso a un hogar no puede estar sujeto únicamente a las reglas del mercado. Mientras tanto, las estadísticas de abril no hacen más que confirmar lo que ya se percibe en la calle: alquilar en Argentina se volvió un privilegio, no un derecho.
Fuente: Medios.