Narcos, traiciones y sicarios: la historia secreta que sacude a Neuquén
Alexis Torales Portilla, el mayor proveedor de cocaína de la capital neuquina, fue entregado y ahora está prófugo con Interpol tras sus pasos. Mientras tanto, sicarios paraguayos han llegado a la ciudad en busca de venganza.
Durante cinco años, el paraguayo Alexis Torales Portilla fue el principal distribuidor de cocaína en la capital neuquina y varias localidades del interior. Su arresto no fue producto del azar ni de un simple descuido: recientemente se supo que alguien lo delató, marcando así su destino.
Sin embargo, en el mundo del narcotráfico, las traiciones no quedan impunes. Mientras Torales Portilla sigue prófugo y con Interpol tras sus pasos por orden del Juzgado Federal de Neuquén, sicarios paraguayos han llegado a la ciudad con un objetivo claro: el responsable de la traición ya tiene nombre y apellido.
La historia de narcos y venganzas se ha convertido en un secreto a voces, resonando tanto en los pequeños kioscos barriales como en los pasillos de la policía y la justicia.
Como señaló una fuente oficial bajo reserva a este medio: "la cosa se va a poner pesada. Esto no va a terminar bien".
Nos sumergimos en las fauces de otra narcohistoria que demuestra que estas organizaciones criminales crecen en el territorio así como las traiciones y la violencia para dejar en claro su poder.
La caída de Torales
El sábado 28 de septiembre de 2024 Torales, a bordo de su Peugeot 3008, había hecho una entrega de cocaína en Valentina Sur, denominada Ciudad Luz. Por lo que suponen los pesquisas, fueron poco más de 60 kilos.
Luego fue a visitar otros kiosquitos en Villa Ceferino, Islas Malvinas y Progreso, donde hay una guerra territorial que ya se ha cobrado vidas. Torales estaba con uno de sus clientes discutiendo sobre una deuda y surgió una discusión en plena calle.
El paraguayo que conoce bien el paño sacó su 9 milímetros y amenazó al dealer que dejó de boquear casi de inmediato. La escena ocurrió en una esquina de la calle 12 de septiembre del barrio Progreso.
El episodio, fue observado por personal de investigaciones de la zona centro de la Policía neuquina que estaba haciendo tarea de inteligencia en el sector por otra causa.
Los policías al toparse con semejante escena intervinieron de oficio
Torales tuvo un subidón de adrenalina porque sabía que no podía caer por lo que se dio a la fuga en su veloz Peugeot 3008. Los sabuesos de la Comisaría tercera, a bordo de un Renault Clío, lo persiguieron con más muñeca que velocidad y lo capturaron en inmediaciones del Hipódromo neuquino.
Aquí la historia da un giro a causa de la negligencia judicial. Como a simple vista en el auto no se veía nada, la fiscalía dio órdenes de manual: notificar al paraguayo de la causa, liberarlo y mantener secuestrado el auto para que el lunes con la orden de un magistrado de turno se realizara la requisa del caso.
Nadie imagino lo que había en ese Peugeot 3008, salvo un narco de Valentina Sur y el paraguayo.
Lo cierto es que cuando Torales puso un pie en la calle, fue a su casa y le dijo a su pareja, una trabajadora sexual oriunda de Paraguay: "hay que rajar y rápido".
Torales metió en una mochila el colchón de guita que tenía para urgencias y escapó
Una de las versiones da cuenta que se fue vía Chile, hay más de 50 pasos clandestinos para cruzar, y otra asume que lo llevaron a Paraguay en auto y de un tirón por las rutas argentinas. Esta última pinta como la más certera.
La demora de la justicia en requisar el auto (48 horas) le dio a Torales el tiempo suficiente para escapar.
La pareja de Torales, se confirmó con personal de Aduanas, cruzó a Paraguay días después.
El lunes 30 de septiembre en la requisa del auto encontraron más de 30 ladrillos de cocaína envainados en el torpedo y las puertas del Peugeot 3008 y una 9 milímetros. En total el pesaje arrojó 37 kilos de cocaína, todavía no concluyó el análisis de laboratorio para establecer su pureza, pero se estima que está por encima del 85 por ciento.
En Neuquén todos quedaron en shock. Era el mayor cargamento de cocaína secuestrado en la capital neuquina y la justicia local había dejado ir al paraguayo como si nada. Esa situación tuvo sus coletazos internos y se modificó el accionar. Ahora, el sospechoso permanece demorado hasta que se requisa el vehículo.
En ese momento, según las estimaciones, el kilo de proveedor a vendedor rondaba los 10 mil dólares por lo que el cargamento se estimó en unos 370 mil dólares.
Con el paraguayo desvanecido por completo la causa recayó en el Juzgado Federal a cargo de Gustavo Villanueva quien libró la captura internacional. En la actualidad, es uno de los narcocriminales buscados por la Interpol.
La traición
Para cualquier distraído o aquellos que desconocen este territorio tan hostil del narcotráfico, la caída a Torales le costó la ruta de distribución, tener que permanecer prófugo y pagar el cargamento perdido. Sin dudas el paraguayo perdió mucho.
Cuentan que el paraguayo, desde la clandestinidad, logró obtener datos claves de algunos leales y de buches pagos sobre quién lo entregó en Neuquén.
Detalle duro: en el ambiente criminal las traiciones están a flor de piel y los ajustes de cuentas son para marcar territorio por lo que ante una traición la respuesta suele ser muy violenta, para que el mensaje llegue fuerte y claro a todo el ambiente.
Para los narcos, más del calibre del paraguayo, una traición no se perdona porque es un signo de debilidad. Además, le arrebataron el territorio y lo dejaron búsqueda en código rojo de Interpol.
¿Qué se sabe? "El Juanino está marcado", sentenció una fuente del ambiente a este medio, lo ratificó un funcionario policial y lo confirmó otro judicial.
Es decir, todo se sabe más tarde que temprano. Lo cierto es que en estos asuntos no se radican denuncias ni se pide protección, solo se está en alerta y con las armas alistadas y a mano.
Fuente: Medios.