Por el conflicto con Irán refuerzan la seguridad de Milei fuera del país
El presidente afirmó que "Irán es un enemigo de Argentina", en un momento de tensión regional que se mantiene en un frágil alto el fuego.
En medio de la creciente tensión internacional entre Estados Unidos e Irán, el Gobierno argentino decidió reforzar la seguridad del presidente Javier Milei durante sus viajes al exterior. Si bien no se prevén modificaciones en el esquema de custodia a nivel local, en Casa Rosada confirmaron que se intensificará la coordinación con los países anfitriones en cada visita oficial.
La medida responde al alineamiento político de Milei con Washington, expresado en recientes declaraciones que generaron incomodidad en Medio Oriente. "Irán es un enemigo de Argentina", sostuvo el mandatario días atrás, en plena escalada del conflicto en la región, que por el momento se mantiene bajo un frágil alto el fuego.
Ante este escenario, fuentes oficiales informaron que el nivel de riesgo para la seguridad del jefe de Estado pasó de "bajo" a "medio", lo que impulsó la decisión de elevar el nivel de vigilancia en cada destino internacional. Las embajadas argentinas también reforzarán la presencia de efectivos de seguridad para garantizar la protección del Presidente.
En cada salida del país, la Casa Militar -junto con la custodia presidencial- diseña y coordina con las autoridades locales el dispositivo de seguridad. Sin embargo, el diseño final de cada operativo queda en manos del país anfitrión, apoyado en su propia inteligencia.
"La Casa Militar debe estar cerca del Presidente para que reconozca a los suyos dentro del operativo, pero son los servicios locales los que manejan la información clave", explicó una fuente con experiencia en la logística de seguridad presidencial.
Pese al refuerzo en el exterior, desde el Gobierno descartan aplicar modificaciones al esquema de seguridad en territorio argentino. Consideran que, si bien existen situaciones puntuales, no hay motivos suficientes para modificar el dispositivo habitual.
En esa línea, relativizaron el episodio ocurrido el lunes pasado en la Quinta de Olivos, cuando una amenaza de bomba obligó a desplegar un operativo de la Brigada Antiexplosivos de la Policía Federal. Según fuentes oficiales, la amenaza -realizada por una mujer a través del 911- fue interpretada como una acción aislada "de alguien que llama solo para molestar".
El procedimiento incluyó un despliegue sobre la avenida Maipú y Villate, pero no fue necesario desalojar el chalet presidencial. Se aplicó el protocolo habitual, con inspección de explosivos, intervención del juzgado federal y revisión perimetral por parte de Defensa Civil.
Desde la administración libertaria insisten en que el foco está puesto en la seguridad internacional del Presidente, en un contexto de alta volatilidad geopolítica y exposición creciente.
Fuente Medios
