Cómo les fue a las provincias patagónicas con el envío de fondos nacionales
En el primer semestre de 2025, Milei repartió más de un billón de pesos en transferencias discrecionales. Neuquén emergió como la gran ganadora en la Patagonia gracias a Vaca Muerta, mientras que Chubut, Río Negro y Tierra del Fuego quedaron rezagadas.
Durante el primer semestre de 2025 el Gobierno nacional distribuyó más de un billón de pesos en transferencias discrecionales entre las provincias. El esquema de reparto no fue parejo: Javier Milei utilizó la billetera como principal herramienta política en un año electoral, premiando a los aliados y castigando a los opositores.
La provincia de Buenos Aires, gobernada por Axel Kicillof, fue la que más dinero recibió con un total de 115 mil millones de pesos, en gran parte destinados al Plan Nacional de Alfabetización y a programas educativos y sanitarios.
Sin embargo, el desembolso resultó menor al de años anteriores y no alcanzó para evitar la derrota electoral de La Libertad Avanza en septiembre. En tanto, la Ciudad de Buenos Aires obtuvo una cifra extraordinaria de 636.441 millones, aunque no como resultado de un favor político sino por una obligación judicial derivada del fallo de la Corte Suprema que ordena transferirle el 2,95% de la masa coparticipable.
En el resto del país, el mapa se dividió en ganadores y perdedores. Chaco, Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza, todas gobernadas por dirigentes que tejieron acuerdos con la Casa Rosada, recibieron transferencias importantes que reforzaron la idea de premios a los socios electorales.
En contraste, los distritos administrados por mandatarios peronistas quedaron relegados. La Rioja, Catamarca, Tierra del Fuego, Formosa y La Pampa se ubicaron al final de la lista, con montos que en algunos casos apenas superaron los tres mil millones de pesos.
La Patagonia mostró con claridad la lógica del látigo y la chequera. Neuquén, conducida por Rolando Figueroa, por su rol estratégico fue una de las provincias más favorecidas con 26.880 millones de pesos. Una parte sustancial de esos fondos, más de 7.500 millones, se destinó al programa de Innovación y Desarrollo Tecnológico, rubro en el que Neuquén lidera a nivel nacional gracias a su peso fundamental por Vaca Muerta.
En cambio, Chubut, bajo la gestión de Ignacio Torres, apenas obtuvo 9.717 millones. La relación ambivalente del joven gobernador con el oficialismo quedó reflejada en un reparto mucho más limitado que el de sus vecinos.
Río Negro, a cargo de Alberto Weretilneck, no se destacó ni por ser privilegiada ni por estar castigada. El gobierno provincial recibió transferencias intermedias sin grandes programas a medida, lo que la dejó en un punto neutro dentro del esquema nacional. El caso más extremo fue Tierra del Fuego, gobernada por Gustavo Melella, que apenas logró 4.273 millones de pesos, quedando entre las jurisdicciones más perjudicadas del país.
El mensaje detrás de los números es evidente. Milei usó las transferencias discrecionales como un arma política para consolidar apoyos y marcar diferencias.
La Patagonia quedó partida en dos: Neuquén emergió como la gran beneficiada por su rol estratégico en la matriz energética, mientras que Chubut, Río Negro y sobre todo Tierra del Fuego quedaron en posiciones relegadas.
El presidente, después de una semana de categóricas derrotas parlamentarias, que tuvieron como característica que hasta sus propios aliados provinciales le dieron la espalda en el Congreso para insistir con leyes que él había vetado, dijo que su relación con todos los gobernadores es muy buena. En ese sentido, sostuvo que restituyó el Ministerio del Interior para contar con un solo interlocutor con las provincias, además de haber diagramado la Mesa Federal.
Sin embargo, los números oficiales demuestran que primó la lógica "amigo y enemigo" en el economista para el envío de dinero a discreción (1.082.285 billón de pesos en los primeros seis meses de 2025) y los intereses electorales en su vínculo con el Interior.