Planes sociales: Soiza declaró y negó tener una oficina paralela en su restaurante
Las grabaciones revelan instrucciones directas a su hijo y referencias a figuras políticas; Soiza dijo que todo fue "sacado de contexto".
Ricardo Soiza, exdirector de Planes Sociales de Neuquén, rompió el silencio en la duodécima audiencia del juicio por la millonaria estafa con planes sociales. En una jornada extensa que duró casi ocho horas, decidió declarar ante el tribunal para intentar dar su versión sobre una serie de escuchas telefónicas, documentos y pruebas clave en la causa.
La audiencia de este lunes giró en torno a escuchas judiciales entre imputados y terceros, incluyendo familiares, empleados del Estado y una docente beneficiaria de un plan social. Fue tras la reproducción de un audio entre Soiza y su hijo Nicolás -actual responsable del restaurante El Faraón, uno de los puntos allanados- que el exfuncionario pidió la palabra.
Un restaurante en la mira
Durante el juicio, declaró el jefe de Delitos Económicos de la Policía de Neuquén, Martín Van De Genachte, quien encabezó el allanamiento a El Faraón, ubicado en calle Carlos H. Rodríguez 175. Según su testimonio, en el primer piso del restaurante se halló una supuesta "oficina paralela" con dos CPU que pertenecían a una repartición del Estado provincial. Las máquinas estaban guardadas en la bodega del local.
Además, la policía constató la presencia de un escritorio de gran tamaño, mástiles con banderas argentina y neuquina, y cuadros del exgobernador Felipe Sapag. Toda una escenografía que daba la imagen de un despacho oficial.
Escuchas y advertencias
Uno de los audios clave presentados por el Ministerio Público Fiscal fue una llamada telefónica en la que Soiza le dice a su hijo:
"Nico, si te cruzás con Forestier no le des ni pelota", a lo que el joven responde "¿Qué Forestier?" y Soiza aclara: "Jorge".
El exfuncionario se defendió ante el tribunal y aseguró que el audio fue descontextualizado. Sostuvo que "Forestier es humano, pero una persona molesta", y explicó que su advertencia fue motivada por la incomodidad que esa persona generaba como cliente frecuente del restaurante.
Sin embargo, el fragmento más comprometedor de la escucha fue otro, en el que Soiza sugiere: "Que le consiga la plata y la traiga, pero, no vayan ni en pedo a los cajeros".
Ante esto, trató de desligar a su hijo de cualquier maniobra ilegal y aclaró:
"Donde él me pregunta a mí cómo es el trámite de los bonos se refiere a los bonos de gas que dábamos nosotros. Si fuese, un programa se hubiese dicho programa, pero eran bonos de gas".
La polémica oficina y el dinero
Sobre los elementos hallados en el restaurante, negó que se tratara de una oficina paralela del Estado y afirmó que tanto el escritorio como los mástiles con banderas eran regalos de un funcionario provincial, aunque evitó dar su nombre.
También habló del dinero secuestrado durante el allanamiento: varios fajos de billetes de $1.000 y $500. Según su versión, esos fondos estaban destinados al pago de sueldos del personal del exministerio de Desarrollo Social, muchos de los cuales habían quedado sin trabajo tras el estallido del escándalo.
"Esa plata era para pagar los sueldos, después no sabía cómo hacer para conseguirla de nuevo", argumentó.
Más escuchas y definiciones pendientes
Soiza intentó desligarse de las acusaciones más graves y buscó instalar una versión alternativa de los hechos. Su declaración, llena de aclaraciones y detalles personales, no logró disipar todas las sospechas.
El juicio continuará con nuevas escuchas y testimonios que prometen seguir revelando cómo operaba la presunta red que habría desviado fondos públicos mediante el uso fraudulento de planes sociales en la provincia de Neuquén.
Fuente: Medios.