La era amateur de la Selección Argentina en los Mundiales
En sus dos primeras participaciones mundialistas, la Selección argentina jugó con futbolistas amateurs.
Aunque hoy parezca impensado, la Selección argentina de fútbol disputó los dos primeros Mundiales de la historia -Uruguay 1930 e Italia 1934- con planteles conformados exclusivamente por jugadores amateurs.
En 1930, la realidad del fútbol argentino era muy diferente: el profesionalismo aún no había sido oficializado, aunque ya existía una práctica extendida conocida como amateurismo marrón, donde los jugadores recibían sueldos encubiertos. Sin embargo, al no estar reglamentado, el combinado nacional llegó a la cita inaugural del fútbol mundial con futbolistas técnicamente amateurs.
A pesar de estas condiciones, el rendimiento argentino fue sobresaliente. Tras superar con puntaje ideal la fase de grupos -incluida una victoria 6-3 frente a México- y golear 6-1 a Estados Unidos en semifinales, el equipo llegó a la final ante Uruguay.
En un contexto cargado de tensiones, con amenazas de muerte al capitán Luis Monti incluidas, Argentina se fue al descanso ganando 2-1 con goles de Carlos Peucelle y Guillermo Stábile. Pero en el segundo tiempo, la "Celeste" revirtió el marcador con tantos de José Cea, Victoriano Santos y Héctor Castro para quedarse con el título. Aun así, el subcampeonato fue el mejor resultado argentino en Mundiales hasta 1978.
Guillermo Stábile. Foto: NA
La delegación albiceleste estuvo integrada por los arqueros Ángel Bossio y Juan Botassio; defensores como Fernando Paternoster y Ramón Muttis; mediocampistas como Luis Monti y Adolfo Zumelzú; y delanteros de la talla de Guillermo Stábile, Francisco Varallo y Roberto Cherro. El entrenador fue Francisco Olazar.
En la previa de la final de 1930. Foto: NA
Cuatro años más tarde, en Italia 1934, el panorama había cambiado drásticamente. El profesionalismo había llegado al fútbol argentino en 1931, pero eso generó una fractura: convivían una liga oficial, todavía amateur, y una profesional, con los clubes más importantes. La FIFA, en ese contexto, solo reconocía a la liga oficial para la conformación del seleccionado, por lo que los mejores jugadores del país quedaron marginados.
Pese a intentos de integración mediante la creación de un Consejo Nacional de Football, los futbolistas profesionales se negaron a participar. Así, Argentina acudió a su segunda Copa del Mundo con un equipo compuesto por amateurs y jugadores del interior del país, sin experiencia internacional y con poca preparación.
Tras un mes de travesía en barco hacia Europa, la delegación albiceleste debutó directamente en octavos de final -fue el único Mundial sin fase de grupos- frente a Suecia. El defensor Ernesto Belis abrió el marcador, pero los suecos igualaron rápidamente. En el complemento, Alberto Galateo puso en ventaja nuevamente a Argentina, aunque los europeos revirtieron el resultado y se impusieron 3-2, eliminando al equipo nacional en su primer partido.
La delegación estuvo compuesta por nombres como los arqueros Héctor Ferschi y Ángel Grippa; defensores como Enrique Chimento y Juan Pedevilla; mediocampistas como Arcadio López y José Nehin; y delanteros como Alfredo Devincenzi, Francisco Rúa y Federico Wilde. El técnico fue el italiano Filippo Pascucci.
Formación argentina en el Mundial 1934. Foto: NA
Con más pena que gloria, así terminó la participación argentina en su segunda Copa del Mundo. La selección no volvería a disputar un Mundial con futbolistas profesionales hasta Suecia 1958, ya que se ausentó en las ediciones de 1938, 1950 y 1954.
Fuente: Medios