Gas natural para Los Guañacos, una obra cargada de emoción y simbolismo político
La obra de gas para Los Guañacos simboliza la identidad que La Neuquinidad busca para su gobierno. Una obra pública, orientada a los más postergados desde una administración ordenada. Una ecuación que podría seducir a las dos orillas de la grieta.
Esta semana el gobierno de la provincia inauguró la red de gas natural en Los Guañacos. Una sociedad de fomento de algo más de 300 habitantes que nunca había tenido acceso a ese servicio esencial. Hay que repetirlo: en una provincia productora y exportadora de gas en la cual buena parte de sus pueblos están excluidos de gas en sus hogares.
Fue una inauguración emotiva. "En este último año y medio se ha hecho más por la neuquinidad que en 70 años de la provincialización" lanzó Alejandra Vázquez, presidenta de la sociedad de fomento, durante el acto inaugural. Una afirmación cargada de valor simbólico que los voceros de La Neuquinidad se encargan de repetir ante cada avance en materia de infraestructura.
La obra de gas en Los Guañacos no solo constituye un hecho inédito para la población de esa localidad, también abriga esperanzas de su llegada en toda la región del norte y reafirma la intención del gobierno provincial por diferenciarse a través de obras públicas inexplicablemente postergadas durante décadas. El interior profundo nunca ha sido un buen negocio político. Requiere inversiones importantes para pocos beneficiarios. El desequilibrio demográfico de la provincia sugiere dedicar más tiempo, esmero y recursos a la región confluencia atendiendo la obvia ecuación electoral. Las prioridades de La Neuquinidad no parecen reparar en esa especulación clásica. "Hay que escuchar a quienes no tienen la posibilidad de expresarse" afirmó en más de una oportunidad el gobernador Rolando Figueroa, y ese parece ser el sentido de una lógica que apuesta a las históricas reivindicaciones de los pequeños poblados del interior profundo.
Pero el valor simbólico del gas para los Guañacos no se agota allí. Es una obra realizada por una empresa provincial, Hidenesa. La defensa de las empresas públicas eficientes, otra de las consignas con las cuales la coalición provincial pretende distanciarse sin explícitas confrontaciones con el gobierno nacional. El Estado sirve si se lo administra con transparencia, en forma ordenada, sin gastos innecesarios y orientado a redistribuir. Una consigna repetida por la prédica Neuquinizate que se hace presente en obras como "la histórica llegada del gas a Los Guañacos".
La inauguración de un servicio tan esencial como el inaugurado esta semana en una sociedad de fomento, expresa una lógica trazada cuidadosamente por quienes escriben el rumbo de la gestión de gobierno. Sin nombrar a unos ni a otros, La Neuquinidad, embanderada en la "defensa de los neuquinos" reparte incentivos a uno y otro lado de la grieta. El Estado ordenado, austero, que despliega la lucha contra el malgasto y la corrupción interpela a ese electorado importante, por cierto, que avala a Javier Milei en la rosada. El sostenimiento de la obra pública, desde empresas estatales y orientada la igualación de oportunidades motiva al universo progresista detractor de los libertarios en la puja nacional.
La Neuquinidad intenta, gestión mediante, desmarcarse de los polos nacionales que dividen a la Argentina. Lo hace a través de acciones concretas y con pocas alusiones directas a la agenda instalada en la política nacional. El desafío de marcar una agenda provincial de cara a las elecciones de octubre asumirá esta dinámica. Esquivar discusiones foráneas, provincializar el discurso y materializar acciones concretas que hablen por sí mismas. La llegada del gas a Los Guañacos es la felicidad de muchas familias neuquinas. Es también la identidad política que el gobierno de Figueroa construye frente a un electorado que deberá decidir si se vota pensando en Milei y Cristina o en Neuquén.