De la oferta electoral y sus interrogantes
De cara a octubre los partidos políticos neuquinos evalúan sus posibilidades. Las especulaciones sobre la oferta electoral comienzan a dar clima a las próximas elecciones en la provincia. Definiciones e interrogantes que atraviesan las estructuras políticas y sus posibles alianzas.
"Fin de plazo para solicitar reconocimiento de alianzas..." Será el próximo 7 de agosto. Es la fecha que los decisores en los partidos políticos inscriptos y en regla observan en el horizonte mediato. Ese día, todos deberán tener debidamente presentadas ante la justicia electoral las diligencias burocráticas que prestan legalidad a los acuerdos políticos. No es un dato menor. La constitución de alianzas es el primer tramo del largo camino que lleva a octubre. El folclore de la política permite todos los debates: hay quienes sostienen que una elección se gana el día de los comicios, otros en cambio, argumentan que la victoria la obtiene quien arma la oferta electoral a su favor. En rigor, el electorado actual depende cada vez menos de la capacidad logística de los grandes "aparatos" así como de las precocidas vidrieras electorales que los partidos se esfuerzan en ornamentar a su favor. Las cosas han cambiado.
Más allá de la digresión, por aquello de los hábitos, unos y otros pujan por construir una oferta electoral acorde a sus necesidades. Al frente Neuquinizate por ejemplo, le vendría bien la proliferación de candidatos que dividan a los espacios nacionales. Estos últimos buscarán, por el contrario, la concentración de opciones para hacer valer la polarización libertarios/kirchneristas que tomará cuerpo en el escenario más allá de las fronteras de la provincia. En ese juego de sumas y restas se debatirá buena parte de la política neuquina durante los próximos cuatro meses. Optimizar los límites del voto propio y dividir las opciones para aquellos electores "fuera de alcance". Un ABC de la estrategia política cada vez menos efectivo, aunque atendible toda vez que la mayor parte de la dirigencia continúa ponderando su utilidad.
Algunos espacios que presentan interrogantes
Del centro hacia la izquierda...
En esa línea, la partidización del sindicalismo emerge como un dato relevante. Esta semana, se dio a conocer la oficialización de "Fuerza neuquina y federal". Se trata de un espacio político conducido de hecho por el líder petrolero Marcelo Rucci. Un lugar en el cual los viejos azules y blancos del Movimiento Popular Neuquino preservan su identidad ante el envejecimiento inocultable del partido provincial. Es también, a decir del propio Rucci una herramienta para que los trabajadores participen en política y "para no estar dependiendo de la voluntad de otros". Aunque el líder sindical se mostró allegado a la neuquinidad que pregona el oficialismo provincial, la mera posibilidad de presentar candidatos en octubre sienta a "los petroleros" en la mesa de discusión de cara al armado del escenario electoral.
Otro espacio auto-percibido como progresista adquirió entidad político-partidaria en marzo de este año: "Más por Neuquén". También conocido como el partido de Carlos Quintriqueo, quien esta semana obtuvo un llamado de atención por lanzar su candidatura a senador fuera de temporada. Una estructura con pretensiones lógicas de representar a los trabajadores. La intención explícita de presentar candidatos propios agrega un jugador al grupo de dirigentes neuquinos que intentan representar al votante de centro-izquierda, a esta altura, justificadamente desorientado.
Solo para completar el cuadro, dos sectores con definiciones mucho más nítidas interpelan al mismo electorado: por un lado, el partido justicialista orgánico, cuyas figuras más relevantes son el diputado provincial Darío Martínez y el tradicional senador Oscar Parrilli. Una estructura política que pretende transformarse en polo de atracción para todo lo que se parezca al peronismo. Una intención que desde el llano y sin "llamado a internas" parece difícil de lograr. Por el otro, el peronismo "enrolado", vale decir, aquellos peronistas que el último sábado ofrecieron una demostración de poder en Mariano Moreno y reafirmaron su adhesión sin reservas a la gestión Neuquinizate de la cual forman parte. En su mayoría mujeres, los nombres más destacados entre sus dirigentes incluyen a la diputada nacional Tanya Bertoldi y la ministra Soledad Martínez.
Del centro hacia la derecha...
Dos partidos más se incluyen entre los interrogantes del momento. La convención de la Unión Cívica Radical se reúne el próximo sábado en la localidad de Zapala. Los correligionarios pondrán sobre la mesa la discusión sobre la estrategia electoral hacia octubre. Existiría una voluntad mayoritaria para desprender el centenario sello de sus vinculaciones previas y presentar candidatos propios en la próxima elección nacional. Aunque el diputado nacional Pablo Cervi muestra sin demasiado disimulo su proximidad con La Libertad Avanza y otros dirigentes radicales hacen pública su buena sintonía con el oficialismo provincial, incluso, tras el alejamiento de Juan Peláez de sus funciones gubernamentales.
El último de los indecisos entre los partidos es el Pro. Un partido cuyos principales dirigentes se encuentran alineados al actual gobierno provincial. Aunque resta la definición institucional de la estructura para certificar su participación bajo el gran paraguas Neuquinizate. Entre quienes migran hacia La Libertad Avanza y quienes pretenden reanimar la identidad propia alineada al macrismo nacional, el sello parece destinado a consolidar su pertenencia al oficialismo provincial. Por lo menos, si se tiene en cuenta el protagonismo de sus dirigentes más relevantes en el gobierno de Figueroa.
EL Movimiento Popular Neuquino...
El partido provincial que otrora fuera comparado con el PRI mexicano por su capacidad de ganar elecciones consecutivas vive irónicamente un éxodo sin precedentes. "El último que apague la luz" graficó un viejo dirigente consultado. Algo de eso hay. Esta semana, el diputado nacional Osvaldo Llancafilo descartó públicamente la posibilidad de que el MPN se presente en las próximas elecciones nacionales. Intendentes, presidentes de sociedades de fomento y militantes a lo largo y ancho de toda la provincia migraron hacia la defensa de la neuquinidad que propone la coalición gobernante. Un partido acostumbrado al poder. Sin una definición institucional que tal vez ya ni haga falta, la estructura del partido provincial viró en su gran mayoría y sin pedir permiso hacia las filas del nuevo liderazgo que encarna Rolando Figueroa.
Solo algunos de los tantos interrogantes que la política neuquina irá desentrañando hacia el mes de agosto. La inscripción de alianzas será la respuesta definitiva de lo que ocurra con la oferta electoral. Aunque, y volviendo al principio, los sellos partidarios y la vidriera que exhiba la boleta única en el cuarto oscuro serán influencias solo parciales para el resultado final. Por importantes que sean, los partidos como tales representan cada vez a menos ciudadanos y el armado de la oferta electoral ejerce una influencia solo relativa. Serán los candidatos, la agenda que se logre imponer, y la fluctuante percepción de los electores los que en última instancia ponderen cuánto vale cada uno el próximo 26 de octubre.