La pérdida de votos del MPN en los últimos 20 años
El Movimiento Popular Neuquino se prueba nuevamente en las urnas. La tendencia a la baja en sus elecciones ejecutivas cumple veinte años.
La hegemonía política del Movimiento Popular Neuquino transita su sexta década en la provincia. Sin embargo, el foco en los resultados electorales de los últimos veinte años arroja una erosión lenta y constante de su margen en las urnas. En elecciones a gobernador, la lista 151 disminuyó su caudal electoral 18 puntos porcentuales entre 2003 y 2019. En el mismo período, el aporte de las listas colectoras se mostró sinuoso y no alcanzó a revertir la tendencia.
Las interpretaciones del degrade admiten una variada gama. El caso MPN se inscribe en la tendencia general a la caída de los pisos electorales que sufren los partidos tradicionales. Más allá de algunas excepciones, las preferencias de la ciudadanía aumentan su volatilidad en las democracias del nuevo siglo y corroen las certezas electorales. Desde la desintegración de los robustos meta-relatos ideológicos que caracterizaron a la representación política durante buena parte del siglo XX, hasta la dinámica de los flujos de información propia de la era digital, pueden esgrimirse argumentos explicativos de diversa índole. Pero estos procesos, entre otros, son factores aunque necesarios, nunca suficientes para comprender aquello singular de cada caso. La "crisis estructural de la democracia de partidos" no exime de responsabilidades a quienes pierden la adhesión de sus representados.
El Movimiento Popular Neuquino presenta problemas para aggiornar su "gobernanza" a la dinámica de las nuevas demandas. Su construcción de poder ancla su estrategia en prácticas cada vez menos efectivas. El clientelismo político, el nepotismo, la apropiación partidaria de los recursos del Estado, la corrupción y la improvisación espasmódica de soluciones coyunturales a problemas de fondo, convierten al partido provincial en su peor adversario. El contraste de aquellos métodos con una ciudadanía cada vez más informada y exigente, explican parte de la merma electoral que reflejan los últimos años.
El próximo 16 de abril se pone a prueba una vez más el poder de seducción que las prácticas tradicionales generan en los electores. El dato distintivo de la contienda, lo aporta la disputa que nace desde el propio MPN. Se trata del desprendimiento de un sector que pretende redimir los valores fundacionales "del movimiento", denunciando al mismo tiempo el estancamiento del partido en los malos hábitos. La puja electoral entre Rolando Figueroa y el actual vice gobernador Marcos Koopmann, responderá a la pregunta: ¿Le queda un tiempo más al "aparato" emepnista en el poder, o la tendencia decreciente en las urnas decanta en una implosión irreversible? Campaña mediante, habrá que esperar el veredicto de las urnas.