El Presupuesto 2026 recorta obra pública y suma tensión con la Nación
El Presupuesto 2026 confirma una baja del 10,8 % en la inversión en obra pública respecto a 2025. Mientras Milei promete reactivación con superávit, los gobernadores Weretilneck y Figueroa denuncian abandono y refuerzan la agenda patagónica de cara a las elecciones de octubre.
A pesar de los anuncios del presidente Javier Milei sobre la reactivación de obras a través del superávit primario, los números del Presupuesto 2026 muestran una caída real en la inversión en infraestructura respecto a 2025. Los mandatarios de Río Negro y Neuquén advierten por el abandono a las provincias del sur.
Días atrás en cadena nacional, el presidente Javier Milei anunció que la obra pública se financiaría con recursos del superávit primario, en un esquema donde el Estado aportaría fondos para que el sector privado lleve adelante proyectos de infraestructura y logística.
El discurso buscó enviar un mensaje a los gobernadores, que reclaman desde hace meses la reactivación de inversiones clave en las provincias. Sin embargo, el análisis del Presupuesto 2026 que ingresó al Congreso contradice ese optimismo.
Según los cálculos oficiales, la inversión de capital en "Servicios Económicos" que concentra gran parte del gasto en infraestructura baja de $2,293 billones en 2025 a $2,045 billones en 2026. En términos absolutos, significa un recorte de $248.779 millones, equivalente a una reducción del 10,8 %. La tendencia confirma lo que distintos sectores ya habían advertido: la virtual paralización de la obra pública desde la asunción del gobierno libertario.
En 2025, la inversión estatal en infraestructura ya se había reducido de manera drástica, con un nivel de ejecución que el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) calificó como "cercano a la paralización total". En términos del PIB, la inversión pública pasó de 1,3 % en 2023 a apenas 0,4 % en 2024, con caídas de hasta 100 % en programas de pavimentación, túneles, puentes y cuencas.
Gobernadores patagónicos en alerta La situación encendió alarmas en la Patagonia, donde los mandatarios vienen reclamando mayor federalismo en la distribución de recursos.
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, y su par neuquino, Rolando Figueroa, coincidieron en que el ajuste nacional deja a las provincias en una situación de abandono. Ambos remarcaron la necesidad de impulsar políticas conjuntas para defender los intereses regionales frente a lo que describieron como "una mirada centralista que desconoce las necesidades de las provincias productoras".
Además, pusieron en la agenda el impacto electoral: con las elecciones nacionales previstas para el 26 de octubre, los gobernadores buscan reforzar un frente común que les permita negociar en mejores condiciones con la Casa Rosada.
Weretilneck advirtió que la falta de inversión en infraestructura golpea directamente en la competitividad regional: rutas, puentes y obras logísticas son esenciales para la producción frutícola, energética e industrial de Río Negro.
Por su parte, Figueroa subrayó que en Neuquén, donde Vaca Muerta se convirtió en motor de generación de empleo y divisas, la infraestructura vial y energética es condición indispensable para sostener el crecimiento.
En ese marco, la tensión entre los anuncios presidenciales y los números concretos del presupuesto anticipa un nuevo capítulo en la relación entre Nación y provincias, con la Patagonia como uno de los territorios más afectados.