Encontró una mochila con dinero y la devolvió: el gran gesto de un carnicero neuquino
Damián Ormazábal encontró una mochila con una gran suma de dinero en las calles de Tricao Malal. Lejos de quedársela, la difundió por redes hasta que apareció el dueño: un criancero que necesitaba ese dinero para una cirugía.
En el corazón del norte neuquino, donde la calidez humana es tan imponente como los paisajes que la rodean, un gesto de honestidad volvió a demostrar por qué esta región es sinónimo de valores y nobleza. Damián Ormazábal, un joven emprendedor de Tricao Malal, encontró una mochila con una importante suma de dinero y, sin dudarlo, decidió devolverla.
Todo ocurrió el pasado sábado, cerca de las 17. Damián, oriundo de El Cholar y radicado hace tres años en Tricao Malal, encontró una pequeña cartera en la vía pública. Al abrirla, descubrió que contenía una cantidad significativa de dinero. Lejos de quedarse con el hallazgo, compartió un mensaje en sus redes sociales, invitando al dueño o la dueña a acercarse a su carnicería para retirarlo.
"La honestidad es un valor que me inculcaron mis padres desde chico", contó Damián. "Ni lo dudé. Apenas la encontré, pensé en devolverla tal cual estaba".
Damián encontró la mochila con dinero y no dudó en devolverla.
Un reencuentro emotivo
La publicación se viralizó rápidamente en la región y, esa misma noche, el dueño apareció. Era un hombre mayor, acompañado por su hija. "No me dijo casi nada, pero vi tristeza en su rostro, más que alegría. Los dos nos abrazamos en silencio", recordó Damián.
La hija le explicó entonces que el dinero estaba destinado a una operación de la vista de su padre.
Hasta ese momento, Damián no sabía quién era. Más tarde supo que se trataba de don Tito Vázquez, un histórico criancero del paraje Aquihueco. "Nunca lo había visto antes, pero su historia me conmovió profundamente", confesó.
El dinero estaba destinado a una operación para don Tito.
"La Huella": un emprendimiento con valores
Damián dejó la cría de animales por falta de campo y apostó por abrir su propia carnicería en Tricao Malal, a la que bautizó La Huella, "pensando en las cosas buenas que uno deja al pasar por esta vida", explicó. Allí elabora chorizos caseros de chivo, oveja y vaca, un rubro que no estaba cubierto en la localidad. Su emprendimiento crece día a día gracias al acompañamiento de los vecinos.
"Mi escuela fue mi casa. Mis padres, Damián Ormazábal y Sara Aranda, ya fallecidos, nos enseñaron -a mis nueve hermanos y a mí- que la humildad, la honestidad y el respeto son lo más importante", recordó emocionado.
Reconocimiento en las redes
El gesto de Damián fue celebrado en redes sociales por toda la comunidad. "Esa es la buena crianza de nuestros padres camperos", escribió Guadalupe Herrera. "Pueda ser que nunca se pierda esa enseñanza de honestidad", sumó Hugo Méndez. "Felicidades por este hombre Damián, por su honradez", completó Verónica Riquelme.
Historias como la de Damián Ormazábal no solo emocionan: inspiran. Son prueba viva de que la integridad sigue siendo un valor profundo y vigente, especialmente en los pueblos donde la palabra y el corazón aún valen más que el dinero.
Fuente: Medios