Neuquén capital, un oasis de la construcción en medio de la recesión nacional
Mientras el país sufre una fuerte caída de la actividad económica y la parálisis de la obra pública, la ciudad de Neuquén muestra un desempeño atípico: la construcción no solo resiste, sino que crece.
En un contexto de contracción económica y derrumbe del sector de la construcción a nivel nacional, Neuquén capital emerge en 2025 como una excepción. Datos oficiales de la Dirección Provincial de Estadísticas y Censos confirman que la ciudad mantiene niveles de actividad sostenidos e incluso en alza, consolidando su lugar como motor de la construcción en la provincia.
Los permisos de obra para nuevas construcciones y ampliaciones en la ciudad alcanzaron, entre enero y mayo de este año, los 64.921 metros cuadrados de superficie cubierta autorizada.
Esta cifra representa un crecimiento del 2,27% en comparación con 2023 (el mejor año post pandemia hasta ahora) y del 3,1% respecto a 2024, marcando el mejor desempeño para ese periodo en los últimos cinco años.
Las obras en Neuquén siguen creciendo.
Neuquén sostiene la inversión en ladrillos
Durante 2023, la actividad constructiva en la provincia había alcanzado un pico de 188.729 m², de los cuales 63.489 m² correspondieron a la capital. Pero en 2024, el escenario cambió drásticamente: el total provincial cayó un 25,32%, como reflejo del ajuste económico nacional.
Sin embargo, Neuquén capital apenas retrocedió un 0,81%, con 62.974 m² autorizados, confirmando su capacidad para amortiguar los efectos de la recesión.
Los datos muestran el crecimiento de las obras en la provincia.
¿Por qué Neuquén resiste?
Especialistas destacan varios factores que explican esta resiliencia:
Diversificación de proyectos: residenciales, oficinas, comercios y obras particulares.
Inversión privada sostenida: apalancada por la renta hidrocarburífera.
Crecimiento demográfico continuo: la capital duplicó la tasa de crecimiento nacional entre los censos de 2010 y 2022.
Menor dependencia de la obra pública nacional: el municipio aumentó el uso de fondos propios para obras.
Además, el impacto indirecto de Vaca Muerta sigue siendo un motor: la ciudad funciona como base de servicios, captando recursos y población. Ese flujo migratorio alimenta la demanda de vivienda, infraestructura y espacios comerciales, apuntalando el sector.
Un "oasis" frente a un país paralizado
Mientras el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) del INDEC muestra una caída interanual que en algunos meses supera los 30 puntos, Neuquén capital logra sostener e incluso mejorar sus niveles de obra nueva y ampliaciones.
Con este ritmo, la ciudad se perfila para cerrar 2025 como el mejor año post pandemia en materia de construcción, consolidando un ciclo de recuperación que parece inmune al derrumbe nacional.
Fuente: Medios