El legado de una Madre: militantes jóvenes recuerdan a Lolín con emoción y firmeza
Militantes del colectivo Jóvenes por la Memoria recordaron a Lolín Rigoni con palabras cargadas de emoción y compromiso. Su ternura, su firmeza y su coherencia siguen guiando las luchas por la memoria, verdad y justicia.
Sol Busso respira hondo antes de hablar. Sabe que no es un día más. "Hoy es un día difícil, pero gracias por darle espacio a este tema que nos conmueve, nos moviliza y no nos da lo mismo", dice, conmovida. Su voz, aunque quebrada, deja en claro el peso del legado que se está despidiendo.
En la madrugada de este martes falleció Lolin Rigoni, a sus 100 años. Su nombre está inscripto para siempre en la historia de los derechos humanos en el Alto Valle. Integrante incansable de la filial Neuquén y Alto Valle de Madres de Plaza de Mayo, dejó una huella marcada por la ternura, la fuerza y la coherencia de una vida comprometida.
Para Busso, militante del colectivo Jóvenes por la Memoria, el lazo con las Madres es profundo y personal. Su historia con ellas comenzó "desde la panza", como ella misma define, con una herencia de lucha que no se hereda por sangre, sino por convicción.
"Crecí con su figura, al principio lejana, y después muy cercana", explicó.
En el relato de Busso emergen con fuerza los recuerdos cotidianos. Las marchas, las rondas, las reuniones, pero también los pequeños gestos de humanidad que definieron a Rigoni. "Siempre tenía una bolsa de caramelos para los más chicos. Podía estar discutiendo acaloradamente, hablando ante mucha gente o colgando carteles, pero siempre se tomaba un ratito para saludarnos y darnos un caramelo. La ternura la caracterizaba", señaló.
Sin embargo, esa ternura iba acompañada de una convicción inquebrantable: "Era una mujer que no la doblegaba nadie. Tenía una firmeza clara, unos principios inamovibles. Siempre decía ‘cabeza clara, corazón valiente, puño combativo', y también ‘resistir es empezar a vencer'. Nos marcó a fuego con esas frases".
El legado militante
Jóvenes por la Memoria nació en 2017 como respuesta a una necesidad de nuevas generaciones de continuar la lucha que ellas iniciaron. "Lo armamos porque no encontrábamos un lugar donde militar los derechos humanos en el Alto Valle. Las Madres siempre fueron nuestro faro. Cuando hay un conflicto, nos preguntamos: ¿Dónde estarían las Madres? ¿Qué harían ellas?".
Ahora, sin ninguna Madre físicamente presente, el desafío se renueva: "La sensación es que estamos girando en falso, pero no vamos a dejarnos convencer de esa idea. Nos dejaron una tarea clara: estar donde haya una injusticia, sin esperar una convocatoria, sin esperar un flyer".
Los últimos encuentros
Sol rememora los últimos momentos compartidos con Lolín con una mezcla de dolor y gratitud. "En febrero o marzo estuvo en la ronda de los terceros jueves. Estaba sentada leyendo un libro de María Elena Walsh con mi hijo Julián, de dos años. Esa escena no me la olvido más. Y el 8M, en medio de la multitud, la encontré sentadita en su sillón. Me dijo que le habían preguntado qué le diría a las jóvenes que estaban marchando, y me respondió agarrándome la mano: ‘¿Qué les voy a decir? Ya están acá'".
Lolín había cumplido 100 años en mayo y su alegría por ese logro también fue inolvidable: "La fuimos a saludar el 30 de abril, el día del cumpleaños de la asociación Madre de Plaza de Mayo. Estaba contentísima por llegar a los 100. Esa alegría no se borra".
Por último, Sol pidió que "no asociemos nunca sus nombres con la tristeza". "Ellas lo decían siempre. La lucha es también alegría, ternura, abrazo colectivo. Eso fue y será Lolín para nosotros".
La despedida a Lolín Rigoni será este miércoles a las 11 de la mañana en el cementerio de Neuquén. Sin velatorio, pero con una memoria encendida que seguirá marchando.
Fuente: Medios.