El Banco Mundial alerta sobre un escenario adverso para Vaca Muerta
En su informe Perspectivas del Mercado de Productos Básicos, el organismo internacional advierte que los precios del petróleo seguirán cayendo, lo que amenaza la rentabilidad de proyectos clave en Argentina.
El último informe del Banco Mundial, publicado este martes bajo el título Perspectivas del Mercado de Productos Básicos, plantea un panorama preocupante para las inversiones energéticas en Vaca Muerta. Según el organismo, los precios de los principales bienes energéticos -como el petróleo, el gas natural y el carbón- continuarán su tendencia descendente durante 2025 y 2026.
La proyección marca un momento bisagra para la industria: el mercado global enfrenta transformaciones estructurales, tensiones geopolíticas y desafíos económicos que redefinen el juego.
En este contexto, el informe anticipa que el barril de petróleo Brent promediará los 64 dólares en 2025 y caerá a 60 dólares en 2026, mientras que el gas natural en EE.UU. podría registrar leves alzas por efecto de las exportaciones de GNL. Para Vaca Muerta, estos valores significan menor margen de ganancia en una explotación caracterizada por sus altos costos tecnológicos.
Competencia feroz y presiones internas
Con un mercado global cada vez más competitivo, Argentina se ve forzada a medirse con gigantes del shale como Estados Unidos y Canadá, que cuentan con infraestructura consolidada y economías de escala. Esto representa una barrera para atraer capitales extranjeros, al tiempo que tensiona los vínculos entre empresas, sindicatos y proveedores de servicios del sector energético local.
Las petroleras que operan en Vaca Muerta ya reclaman una reforma del modelo extractivo que permita reducir costos operativos, especialmente en lo referido al factor laboral. Ante la imposibilidad de influir en los precios internacionales y frente a una demanda externa cada vez más disputada, las empresas presionan para ajustar condiciones laborales, generando roces con los sindicatos. Estas tensiones se evidenciaron en la previa al último paro general convocado por la CGT, cuando los trabajadores del sector decidieron adherir sobre la base de conflictos específicos, distintos de los que impulsaron la medida a nivel nacional.
Además, se ha intensificado la puja entre operadoras y empresas de servicios, con estas últimas presionadas para recortar tarifas en un contexto de creciente incertidumbre.
Dudas sobre el interés inversor y salida de capital extranjero
El enfriamiento económico global previsto por el Banco Mundial también pone en duda la llegada de nuevas inversiones. La baja en la demanda de energía y las tensiones comerciales internacionales hacen que los proyectos de largo plazo enfrenten mayores riesgos, lo que desalienta la participación de capitales externos.
En Argentina, las propias condiciones internas -volatilidad macroeconómica, controles cambiarios y restricciones fiscales- agravan el panorama. Estas trabas coinciden con un fenómeno creciente: la retirada de empresas extranjeras de Vaca Muerta. Exxon y Petronas concretaron recientemente la venta de sus activos a compañías nacionales: Pluspetrol, liderada por Edith Rodríguez, y Vista, presidida por Miguel Galuccio, ex YPF. Las operaciones sumaron más de 3.300 millones de dólares.
Este repliegue ocurre en simultáneo con la entrada en vigencia del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que ofrece beneficios fiscales para proyectos superiores a los 100 millones de dólares. Sin embargo, lejos de provocar un "boom" de inversiones extranjeras como esperaba el Gobierno, el capital foráneo comenzó a reducir su exposición en el sector.
El avance del empresariado nacional
Las empresas argentinas han tomado la delantera en el nuevo mapa de Vaca Muerta. Su apuesta por comprar activos que los inversores internacionales consideran poco rentables refleja una diferencia clave en las expectativas sobre el potencial de la formación. Mientras los extranjeros prefieren capitalizarse para explorar otros mercados, los grupos locales ven una oportunidad estratégica en expandir su participación en la producción nacional.
Ejemplo de ello es Tecpetrol, del Grupo Techint, que con una inversión similar a la de Exxon desplegó en Fortín de Piedra uno de los desarrollos de gas más exitosos del país.
Los empresarios argentinos también cuentan con una ventaja en su capacidad para adaptarse a las reglas de juego locales, más volátiles pero también más permeables a la negociación con el Estado. A diferencia de las multinacionales, las compañías nacionales consideran ese vínculo con el poder político como un factor más de su ecuación de negocios.
Fuente: medios