Detrás del choque y el tiroteo: una trama narco con secuestro incluido

Lo que eran dos hechos aislados -el tiroteo frente a la Comisaría Tercera y el choque entre una ambulancia y un colectivo en Avenida del Trabajador y Combate de San Lorenzo-, ahora revelan un hilo conductor: narcos armados, una persecución, un secuestro y una carrera contra la muerte.

Si bien las primeras pericias policiales indicaban un hecho narco, no solo se trató de eso. La mujer del Bora donde encontraron una importante cantidad de droga fue secuestrada por los dealers, que minutos antes habían protagonizado un tiroteo. 

Al menos tres hombres se enfrentaron a tiros en la intersección de Manuel Rodríguez y Antártida Argentina, justo frente a la Comisaría Tercera radicada en el oeste neuquino.

En diálogo con este medio, el comisario Rubén Rodríguez, a cargo de la Comisaría Tercera, explicó: "Todo inicia aproximadamente a las 05:45 horas, acá en calle Manuel Rodríguez y Antártida Argentina, donde al principio tenemos un presunto abuso de armas. Los autores eran una pareja circulaban en una motocicleta tipo Enduro, color blanca, los cuales efectuaron disparos de arma de fuego contra otra pareja que estaba justo en la esquina."

Dos de ellos resultaron heridos por armas de fuego, y todavía quedan rastros de sangre en el pavimento. Según los primeros indicios, se trataría de un ajuste de cuentas entre tranzas.

Las versiones policiales indican que tras este enfrentamiento los hombres se dieron a la fuga en una moto, que minutos después fue impactado por un Volkswagen Bora conducido por una mujer. Lejos de abandonar el escape, los agresores secuestraron a la conductora a punta de pistola y la obligaron a llevarlos hasta la guardia hospitalaria, con al menos uno de ellos gravemente herido. Iban armados y con cocaína encima. Dato no menor, según las fuentes policiales la moto había sido robada en abril de este año y tenía pedido de captura.

Como resultado del enfrentamiento entre narcos el hombre resultó baleado en su pierna y la mujer sufrió una fractura expuesta como resultado del choque contra el Bora según informó el propio comisario. "Al momento de reducir al masculino se le cayó una bolsita tipo polvorienta color blanquecina, tratándose aparentemente de clorhidrato de cocaína. A la mujer le hallaron un revólver plateado con cachas de madera", detalló.

La ambulancia, el traslado y el choque

Alertada por la situación, la policía logró interceptar el vehículo a pocas cuadras gracias al aviso de personal de Monitoreo Urbano. Tras reducir a los atacantes, se dio aviso inmediato al personal de salud, que activó un operativo de emergencia para evitar que los heridos murieran en el lugar. Ambos fueron cargados en una ambulancia y trasladados con urgencia.

Pero no terminó todo ahí. Fue entonces que ocurrió el segundo capítulo del caso: la ambulancia, que viajaba por el carril del Metrobús con balizas activadas, impactó con un colectivo en la esquina de Avenida del Trabajador y Combate de San Lorenzo. Afortunadamente, según pudo chequear este medio con el comisario Pablo Encina, el transporte público circulaba sin pasajeros.

Según el uniformado, quien coordinó el operativo de tránsito en el lugar, en el móvil sanitario viajaban el chófer, un enfermero, una médica, dos heridos de arma de fuego y un custodio policial. "Ninguno de ellos sufrió lesiones graves por el impacto, y fueron trasladados por precaución. Los pacientes heridos sí fueron derivados al hospital", indicó Encina.

Aunque el protocolo de emergencias estaba activado, se investiga si la ambulancia respetó todas las medidas de seguridad al circular por el Metrobús.

¿Qué se sabe hasta ahora?

• Los dos heridos continúan internados, bajo custodia policial.

• La mujer secuestrada logró salir ilesa, aunque en estado de shock.

• La moto usada en la fuga quedó abandonada en el lugar del choque con el Bora.

• Se incautaron armas y droga en el procedimiento.

• La policía busca identificar al tercer tirador, que logró escapar.

La historia todavía se está escribiendo. Por ahora, la justicia intenta reconstruir minuto a minuto cómo un hecho de violencia narco terminó colapsando un sistema de emergencia y dejando expuestas las grietas del narcotráfico que se enfrenta a la actitud policial que busca convertir las calles en un lugar seguro.

Lo que queda claro es que el mundo narco en Neuquén está más allá del bien y del mal. Jóvenes perdidos, dispuestos a todo: incluso cuando tienen que llevarse puesta a una mujer inocente que no hacía más que ir a trabajar. Qué distinto sería todo si en lugar de ver películas narcos y jugar a ser Pablo Escobar, leyeran un libro aunque sea una vez cada tanto. 

Fuente Medios