Su tío vendía drogas en su casa, se mudó e igual le siguen llegando clientes

Una vecina de Cinco Saltos denunció que personas llegaban a su casa a comprar drogas, acusando a su tío, quien había vivido con ellos, de dedicarse a la venta de estupefacientes. La denuncia fue presentada como un caso de violencia familiar, pero fue desestimada por el juez Mariano Larrasolo, ya que no correspondía con los hechos de violencia previstos por la ley. 

La mujer denunció sentirse víctima de su familiar, a quien le permitió quedarse en su casa. Según su relato, durante su estadía, el hombre convirtió la vivienda en un "kiosco narco", donde vendía drogas, lo que atrajo a compradores y adictos. 

La denuncia fue presentada como violencia familiar, pero fue desestimada, ya que no se ajustaba a la ley, y el caso fue derivado a la Justicia Penal y la Unidad Procesal de Familia.

A pesar de que el pariente se mudó, la mujer afirmó que personas siguen llegando a su casa a comprar drogas. Sin embargo, aclaró que su tío nunca ejerció violencia física o verbal ni la amenazó, lo cual fue un argumento clave para que la denuncia fuera desestimada.

El juez destacó que la situación denunciada no se encuadra en el marco de violencia familiar según la Ley 3040, ya que esta normativa está orientada a situaciones donde se generen daños o roles de dominación entre los miembros de la familia. 

En este caso, la denuncia no mostró tales elementos, por lo que el caso no corresponde a este tipo de tratamiento judicial, y fue derivado a la Justicia Penal para su adecuada intervención.

El juez Larrasolo que, según la jurisprudencia, estos casos deben canalizarse por otras vías judiciales. Como resultado, desestimó la acusación de violencia de género y derivó el caso a la Unidad Procesal de Familia, indicando que la denunciante debe contar con "patrocinio legal obligatorio" para continuar con el proceso.

Fuente: Medios